Historia

La Red Nacional de Investigadores en Comunicación se originó en 1995, cuando un grupo de jóvenes provenientes de distintas regiones del país se reunió por primera vez en el Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, con el objetivo “crear un ámbito posible que aporte a lograr un intercambio productivo en el campo de la investigación en comunicación”.

Las primeras Jornadas organizadas por la Red se denominaron de jóvenes investigadores, pues esa fue la génesis del espacio, y en alguna medida cierta identidad que persiste atribuida a los sucesivos encuentros. La referencia generacional de la convocatoria se retiró pronto para habilitar otras participaciones y generar un espacio más inclusivo. Este objetivo se logró con altibajos porque, si bien los jóvenes participaron y participan masivamente de las Jornadas, los investigadores formados concurren irregularmente. Las propias características de la Red (ver Funcionamiento), que no concibe conferencias especiales ni mesas destacadas, le ha dado un tono especial a cada encuentro, donde importa menos el quién participa que la participación misma.

La definición que se mantuvo vigente fue la de una organización reticular que propiciara un encuentro para el intercambio y la reflexión académica desde un diálogo horizontal, sin jerarquías ni representaciones institucionales. En el momento de constitución de la Red, los principales eventos sobre comunicación llevaban sellos de asociaciones constituidas y estaban conducidos y centrados en las figuras de profesores destacados e investigadores formados. Esporádicamente, algunas jornadas estudiantiles planteaban una agenda de contraste, pero sin que el eje estuviera puesto en la investigación.

Sin llegar a definirse por oposición –de hecho, con sus lógicas diferenciadas, las distintas propuestas conviven y coexisten en el campo académico de la comunicación–, la Red de Investigadores vino a ocupar ese espacio.

Edición a edición, las Jornadas han generado la posibilidad de encuentro e intercambio entre los investigadores de distintas universidades y otras instituciones que se dedican a temáticas del campo comunicacional. Hasta el momento las Jornadas se llevaron a cabo en:

  • Buenos Aires (1995) - UBA
  • Olavarría (1996) - UNICEN
  • Mendoza (1997) - UNCUYO
  • San Salvador de Jujuy (1999) - UNJu
  • Paraná (2000) - UNER
  • Córdoba (2002) - UNC
  • Roca (2003) - UNComahue
  • La Plata (2004) - UNLP
  • Villa María (2005) - UNVilla María
  • San Juan (2006) - UNSJ
  • Mendoza (2007) – UNCUYO
  • Rosario (2008) – UNR
  • San Luis (2009) – UNSL
  • Quilmes (2010) – UNQ
  • Río Cuarto (2011) – UNRC
  • Santiago del Estero (2012) – UCSE
  • Gral. Sarmiento (2013) – UNGS

Cada Jornada trajo como correlato la incorporación de un nuevo grupo de participantes provenientes de la última sede y sus alcances se fueron ampliando territorial y generacionalmente, con la inclusión de nuevos investigadores.

La experiencia, encuentro a encuentro, fue generando transformaciones debatidas calurosamente en el Plenario general. Así, la constitución de las mesas intentó evitar la formación de mesas “estelares” o “regionales”, y el criterio que primó fue de intercambio entre investigadores formados, en formación y estudiantes, y entre participantes de distintos puntos del país.

La relación con el marco institucional de la sede que anualmente brinda su espacio para la realización de las Jornadas, también logró establecer una equilibrada autonomía: a una coparticipación financiera de los gastos y la división de beneficios, le sucedió una independencia económica de la Red, que solicita el apoyo logístico y el aval académico pero no acude al financiamiento de la sede. Los esfuerzos de la gestión local –los más pesados en términos de trabajo- y el compromiso de los colaboradores se retribuyen con una importante donación de libros de comunicación destinados a las bibliotecas de las sedes. Aún con los más bajos aranceles de inscripción del país, las Jornadas han dejado saldo positivo que fue reinvertido en acciones decididas en el Plenario: profundizando la idea de un conocimiento compartido, hoy la Web de la Red comienza a almacenar las ponencias que circulan en las reuniones, haciéndolas más accesibles y eliminando el gasto que suponía el CD con las Memorias.

Hay un inexplicable clima en las Jornadas, un clima de amistad de quienes forjaron su relación participando en alguna de las instancias abiertas –como difusores, como miembros de la comisión local o como miembros de la comisión nacional-, de quienes intercambian y permanecen en contacto. Año a año se repite el alegre ritual del encuentro que establece lazos entre participantes de todo el país. El clima de animación y camaradería no se limita a la Fiesta de las Jornadas sino que expresa cabalmente un encuentro que puede sostenerse sin la acumulación: ni de poder, ni de dinero, ni de prestigio; que apuesta a una organización voluntaria, gratuita, expansiva, abierta y cooperativa. Que expresa, en definitiva, una manera de pensar la comunicación y un ideal de sociedad en recomposición constante a partir del disenso y la discusión.