El mito y la Marcha de los Bombos

Área: Sujetos, identidades y cultura

Palabras claves: Marcha de los Bombos – Dispositivo – Mito
Autor: Villavicencio Peralta, María Belén.
Universidad de pertenencia: Universidad Católica de Santiago del Estero.
Contacto: [email protected]

Este trabajo forma parte del Proyecto de Investigación en curso, titulado “Los usos institucionales de la cultura popular.  El festejo del aniversario de la ciudad de Santiago del Estero como dispositivo de conocimiento y poder.” La Marcha de los Bombos puede considerarse como un dispositivo dividido en tres instancias: Vigilia, Peregrinación y la Presencia en el escenario central. La experiencia de la Marcha inicia en el Patio del Indio Froilán, con una Vigilia, que culmina en el amanecer del día de la Peregrinación. El dispositivo finaliza con la llegada al escenario donde esperan músicos consagrados del folclore local, quienes ofrecen un espectáculo en compañía de agentes del Estado, que se dirigen a la sociedad civil.  Los grupos humanos se integran en la experiencia de la cultura, y tomando la propuesta de Cecilia Hopkings podemos hablar de la conciencia de unidad y las practicas rituales.  Son justamente estas prácticas rituales las que ofician el mito de la santiagueñidad. Durante toda la Marcha se sostiene un clima festivo y de carnaval, con una potencia expresiva que dispone a abandonar la cotidianeidad a todo aquel que participe de ella.  El repiqueteo de los bombos es la práctica protagonista de cada una de las instancias de la Marcha. Entonces, ¿Qué papel juega el bombo dentro de la Marcha? ¿Puede considerarse como un mito, un sistema de signos, por lo tanto un lenguaje? ¿Qué es lo que transmite? Y en el contexto especifico de la Marcha de los Bombos, ¿Qué significa?  Roland Barthes sostiene que el mito es el habla elegido por la historia, ¿Por qué el bombo como representante de la santiagueñidad? ¿Qué aspectos de la cotidianeidad acentúan, y cuales se invisibiliza?

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